La unción de Débora.
Por. Susana Ramírez
Jueces 4:4-5 Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot; y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio.
En la Biblia encontramos ejemplos de mujeres que hicieron historia y Débora es una de ellas. Estuvo dispuesta a defender el honor, fe y dignidad del pueblo de Israel; que estaba siendo oprimido por Jabín rey de Canaán, porque se habían apartado de Jehová y volvieron a hacer lo malo ante su presencia después de la muerte del Juez Aod. En este marco de acontecimientos se desarrollan los diferentes eventos que darán lugar para que; Débora “Abeja” símbolo de laboriosidad, paciencia, sagacidad y utilidad.
La oscuridad y decadencia espiritual en la que se encontraba el pueblo de Dios, era evidente por lo que, necesitaban un líder ungido de parte de Dios, para darles la libertad que tanto anhelaban. Los ojos maravillosos de nuestro Señor reconocieron que Débora tenía las cualidades y características para ser levantada como jueza de Israel.
- Jueza: tenía la responsabilidad dada por Dios para tomar decisiones guiadas por el Espíritu Santo, en beneficio del pueblo que subía a ella para juicio. Su carácter espiritual la facultaba para ver la necesidad y presentarla delante de Dios.
- Profetiza: dispuesta y diligente a escuchar la voz de Dios, para dar dirección espiritual a un pueblo en idolatría y confusión.
- Instrumento manos de Dios: su intimidad con el Señor hizo que ella recibiera los códigos celestiales para ayudar a Barac, quien estuvo al frente del ejército y en la batalla para vencer a los enemigos que los oprimieron durante 20 años. En la sabiduría divina el plan de guerra incluía a otra mujer llamada Jael, que sería la mano ejecutora de clavar la estaca con un mazo en las sienes de Sísara, esta valiente mujer no dudó en hacerlo supo reconocer a su enemigo y le dio muerte.
- Madre de Israel: tuvo la visión espiritual para ver la desolación del pueblo insigne de Dios, despertando en ella el sentimiento maternal y el amor profundo de ver a su nación bajo el yugo opresor. El temor y la obediencia a Dios, hicieron que Débora y Barac, condujeran al pueblo a una gran victoria; frente a un ejército numeroso que quedó reducido en cenizas.
Así también en este tiempo de inmoralidad, desenfreno y vacío espiritual el Señor, desea encontrar mujeres valientes que estén dispuestas a levantar y edificar las ruinas espirituales de sus hogares.
Posees un diseño que te certifica como una mujer que no le teme a las circunstancias. Además, fuiste creada para enfrentar adversidades y salir victoriosa de la misma forma que Débora.
El Señor te dará sus estrategias para que resistas al enemigo y lo venzas en su propio terreno.
“Bendito sea Jehová, mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla, y mis dedos para la guerra.”
Salmos 144:1