Por: Angie de Elington

Juan 3:16

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Quizás muchas veces has escuchado decir a alguien que ama a una persona, sin embargo, aquel amor se debe demostrar mediante actos que rectifiquen este sentimiento por la otra persona. Un acto de amor se puede ver reflejado en la sonrisa de un niño, dándote paz cuando todo está mal, un abrazo mientras despides a un ser querido, una palabra de aliento cuando te encuentras desanimado; un vaso con agua o un plato con alimentos para un indigente, una cobija para aquel que tiene frío. Y es que cuando nos quitamos para ayudar aquel que tenemos al lado demostramos con hechos nuestro amor a ese ser humano.

El mayor ejemplo de acto de amor lo encontramos en Dios, quien dio a su Unigénito como precio para redimirnos de nuestros pecados y Cristo que dejando su trono se hizo hombre, se dejó azotar, humillar y clavar en una cruz hasta derramar  casi toda su sangre para limpiarnos de la suciedad del mundo.

¿Te has preguntado si hoy estás haciendo valer ese acto de amor en tu vida hablándole, a los demás de este regalo inmerecido que te fue otorgado? Si verdaderamente amas a tu familia, amigos, compañeros, vecinos; no dejes que pase más tiempo y bríndales la oportunidad que un día se te brindó a ti, de acercarte a los pies del Maestro para ser transformado y ser partícipe de la Patria Celestial.

¡Dios te bendiga!