Por: Angélica Aguirre

Juan 14:

²⁷ La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

El Concepto de Paz, inspira a muchos artistas, filósofos, altruistas. Todos conocemos de alguna canción, retrato, poema; pinturas, que claman por paz y más ante el escenario que se vive  hoy alrededor del mundo, la mayoría la define como la ausencia se conflictos y muchas veces decimos que necesitamos o buscamos la paz;  alejándonos de la rutina diaria,  irnos al campo o la playa, para que descanse nuestro espíritu.

La paz incluye una calma, ausencia armoniosa de conflicto que este mundo nunca ha conocido. Tal vez hayan existido momentos y lugares aislados en donde el conflicto ha cesado por un poco de tiempo, sin embargo, siempre han tratado de pretender tenerla a través de tratados, programas mundiales, activistas y un sin fin de organismos internacionales de los cuales no se ven los resultados esperados.

Para el cristiano, la paz representa esta calma interior que viene como resultado de la confianza total en la relación de salvación con Cristo, y  se refleja en la esperanza  que nos permite descansar en Él. Esta paz no tiene nada que ver con las circunstancias temporales, es la paz que nos promete Jesús, aun en medio de situaciones que nos pueden alterar. Podemos reflejar calma, serenidad, tranquilidad y es lo que no es usual ni comprensible para el mundo.

Cuando tenemos a Jesucristo viviendo en nosotros mediante el poder de su Espíritu Santo, nos llenamos de la paz de Dios, uno de los frutos del Espíritu Santo y es Dios quien nos llena completamente de una manera que no entendemos. Es sobrenatural, pero es una promesa que Él nos ha dejado, de la que debemos apoderarnos y no sentir miedo ni temor de lo que pueda pasar el día de mañana, pues su Palabra es fiel y verdadera. El apóstol Pablo nos habla en diversos pasajes de esa paz que sobre pasa todo entendimiento y vemos que en diversas situaciones ya fuera libre o preso, en persecución, escases o abundancia proyectaba esa paz que solo la da una continua y estrecha relación con Dios.  Imitemos esa actitud. Dios te bendiga.