Detente, piensa y habla.

Por: Adaris Franco de Bautista.
Proverbios 16:23
“El corazón del sabio hace prudente su boca, Y añade gracia a sus labios”.
Nuestra sabiduría se demuestra por lo que hablamos, y por el control que tenemos sobre las palabras que salen de nuestra boca. La piedad y la sabiduría son evidentes cuando le enseñan a la boca, qué decir y que no decir. La sabiduría se muestra con un corazón y una mente que continuamente aprenden. Cuando el aprendizaje se agrega a los labios, entonces una persona realmente tiene sabiduría y crece en ella. Antes de hablar debemos detenernos un momento a pensar si en realidad lo que vamos a decir es correcto o apropiado. En muchas ocasiones expresamos ideas que no deseamos por el sólo hecho de no tomarnos unos cuantos segundos para pensar si será lo más adecuado expresarlas y no lo estamos haciendo solamente por un impulso, pues podemos causar en ocasiones daños a otras personas o a nosotros mismos. Entonces recordemos usar sabiamente nuestra boca al momento de expresar nuestro pensamiento y evitemos así herir sentimientos que luego lamentamos. Recuerde que Dios busca en nosotros la prudencia un gran valor aplicado al tiempo que vivimos.
DIOS TE BENDIGA.