Paz en La Tormenta

Por: Angélica Aguirre
Filipenses: 4:6
6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
La Biblia nos dice que no debemos estar afanosos, pero ¿es esta una solicitud razonable en nuestros días? En nuestro pensamiento humano es algo difícil de comprender cuando la situación que se vive a nivel mundial es un escenario donde el afán, la ansiedad y el stress se han apoderado de muchos inclusive, muchos conllevan un diagnóstico médico provocado por dicha situación, muchos están preocupados en qué pasará si pierdo el empleo y no tengo como pagar las deudas y gastos adquiridos; otros ya han perdido el empleo, muchos sienten incertidumbre de qué hay de sus planes y metas propuestas. Recordemos las escenas de caos absoluto en los supermercados y comercios, cuando se hablaba de cuarentena total y así podríamos enumerar muchas situaciones que aquejan a la mayoría de la población.
En este versículo nos dice el Apóstol que “por nada estemos afanosos” que por lo contrario oremos, supliquemos, roguemos delante de un Dios que oye, que está pendiente de sus hijos, que conoce nuestras necesidades más que nosotros mismos y que al final de cada oración, demos gracias por lo que tenemos y por la circunstancia que nos rodea, porque ambas son para la gloria de Dios.
El vivir afanado, va a hacer que pases por alto lo que Dios hace por ti, recordemos que en diferentes textos la Biblia nos dice que Él tiene cuidado de nosotros, esto no quiere decir que vivas la vida despreocupadamente, más bien, que no te desesperes por cosas seculares, que dejemos todas nuestras ansiedades en manos del Señor, preocupémonos por vivir una vida agradable a Dios, como lo dice su palabra “ Más buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás vendrá por añadidura “ Dios te bendiga.